Guía paso a paso para lacar puertas de madera

Puerta de madera lacada con pintura blanca

Para dar un aire nuevo a las puertas de tu hogar no necesitas un presupuesto muy elevado. Si quieres renovar estos elementos decorativos te recomendamos la técnica del lacado. El acabado es mucho más profesional que el de la pintura, además, con lacar puertas de madera conseguirás un resultado mucho más duradero y de calidad.

También puedes usar este método para otros muebles y dar un toque luminoso a los espacios si tus muebles y puertas son de colores oscuros.

Indice

¿Qué es el lacado?

El lacado es una técnica decorativa que se consigue con productos sintéticos denominados esmalte de laca o laca. Con la utilización de esta técnica conseguimos un resultado más profesional que con la pintura para muebles.

La superficie queda mucho más fina y sin rugosidades. Su aplicación es mucho más fácil, no gotea, además, el mueble se vuelve mucho más resistente a golpes y manchas.

¿En qué lugares se puede aplicar?

Esta técnica se puede aplicar en numerosas superficies:

  • Sobre maderas antiguas o nuevas, barnizadas. También sobre melamina.
  • Dependiendo del producto también se puede utilizar en PVC y metal.
  • Si se aplica sobre aglomerado de madera, hay que extender una o varias capas de imprimación y sellado.

Materiales que necesitas para lacar puertas de madera

Los materiales que necesitas para lacar puertas de madera:

  • Rodillo de espuma: que sea de buena calidad para que no desprenda nada y selle bien la pintura.
  • Brocha sintética: sirve para retocar algunos detalles que no sean accesibles para el rodillo.
  • Cinta de carrocero: nos ayuda a proteger los lugares que no queremos que sean lacados.
  • Cubeta para pintura
  • Imprimación: consigue sellar el poro de la madera y que la laca quede bien adherida a la superficie.
  • Esmalte para lacar al agua
  • Lija: ya sea manual o eléctrica. Esta última consigue un resultado más profesional y la aplicación es mucho más fácil.
  • Trapo de microfibra: nos sirve para limpiar la madera tras el lijado. Importante que sea de microfibra para que no deje residuos al pasar la bayeta.
  • Herramientas como destornillador por si queremos quitar la manilla o las bisagras.

Guía paso a paso

1. Saca la puerta y quita los herrajes

Antes de empezar el trabajo, lo primero es quitar la hoja de la puerta y situarla sobre un caballete o mesa que sean cómodos para poder lacar con facilidad. Protege la zona con plástico o papel de periódico para que se manche lo menos posible.

Si es posible, quita las bisagras, manillas, pomos u otra cosa que no se quiera lacar. De esta forma puedes llegar a todas las zonas y el trabajo quedará mucho más profesional.

No recomendamos realizar el trabajo con la puerta montada, no serás capaz de llegar a todos los lugares, además, corres el riesgo de manchar con laca la pared, el suelo, los rodapiés u otro elemento que esté cerca.

2. Protege las zonas que no quieras lacar

Como hemos mencionado en el apartado anterior, lo más conveniente es sacar las bisagras y manillas antes de lacar la puerta de madera, no obstante, hay ocasiones en las que no se puede. En esta situación lo ideal es proteger estas zonas con cinta de carrocero o cinta de pintor.

3. Lija la superficie

Tras encontrar un espacio óptimo para lacar las puertas de madera y quitar o proteger todos los elementos, comenzamos con el trabajo más difícil: lijar y lacar. Antes de empezar a lijar tienes que limpiar la superficie de la puerta si tiene suciedad evidente.

Si tienes posibilidad, lo más recomendable para lijar la superficie de madera es una lija eléctrica. Con este aparato ahorrarás esfuerzo y el resultado será más perfecto. Las hay de todos los precios, es decir, las puedes encontrar económicas.

Si no te quieres comprar una lijadora eléctrica o no tienes ninguna a mano, vas a tener que hacer el trabajo de forma manual.

En primer lugar, tienes que lijar de forma meticulosa para quitar los restos de barniz o de pintura en el caso de que estén. Debido a la cantidad de grosores de lija que hay en el mercado, ¿cuál es la mejor para cada caso?

Las lijas gruesas de grano hasta 50 o 80 son perfectas para retirar residuos antiguos con el objetivo de dejar la superficie lo más lisa posible.

La lija de grano hasta 120 es una lija de grosor intermedio. Una vez que los residuos más importantes están eliminados, hay que lijar con una lija de grano fino, desde 180 hasta 250. Son perfectas para lijar materiales delicados, por lo tanto, la pintura se va a adherir mejor.

Aunque elijas la lija eléctrica o manual, siempre tienes que seguir la dirección natural de las vetas de la madera.

Persona lijando puerta de madera con una lijadora eléctrica

4. Limpia el lijado

Una vez que hayas terminado con el lijado de la puerta tienes que limpiar minuciosamente la superficie. La limpieza es muy importante para que no queden impurezas. Los restos de polvo o de cualquier otro elemento pueden influir de forma negativa en el proceso de lacado, quedándose pegados en la madera.

Antes de lacar también hay que tener en cuenta si ha quedado algún daño más profundo como un arañazo. Para ello utiliza cera, masilla o rotuladores para reparar las rayaduras y golpes.

5. Aporta un resultado más profesional con la imprimación

Si quieres que el lacado quede mucho más uniforme es recomendable aplicar antes una capa de imprimación con el objetivo de que prepare la superficie. Con esto conseguimos que el esmalte se aplique más fácilmente y se adhiera mejor a la madera.

6. Aplica la laca o el esmalte

Es muy importante que antes de iniciar el proceso para lacar puertas de madera nos aseguremos de que la imprimación esté seca. Este paso es el más difícil de todo el proceso, hay que extender el esmalte de laca de forma muy cuidadosa para que quede lo más uniforme posible. Entre capa y capa hay que dejar secar la laca y lijar si queda algún desperfecto. El problema que más se suele presentar es que queden marcas del rodillo, pero no te preocupes, hay algunos trucos que pueden evitar que se produzca este efecto.

Trucos para que quede un lacado perfecto

Cuando extiendes la laca o pintura con el rodillo lo más normal es que queden marcas y zonas que están más oscuras que otras. Hay una técnica que evita que ocurra. Cuando apliques la laca con el rodillo, en lugar de hacerlo en línea recta, al subir tienes que inclinar un poco el rodillo y al bajar sí hacerlo en línea recta.

Una vez que hayas terminado la primera capa, tienes que respetar el tiempo de secado que dura más o menos dos horas. Lo normal es dar dos capas, pero eso depende de cómo vaya quedando, a lo mejor es necesario dar una tercera. Recomendamos dar una capa vertical y otra horizontal.

Es aconsejable que cada vez que vayas a aplicar una nueva capa los rodillos y la cubeta estén muy limpios, por ello, no está de más tener algunos recambios para que no volver a utilizar el rodillo húmedo.

Normalmente, la parte del marco no se puede realizar con rodillo al ser más estrecha. Para aplicar la laca en esta parte el truco está en hacerlo con una brocha sintética y seguir los mismos pasos que con la hoja de la puerta: aplicar 2 o 3 capas de lacado, dejar secar y lijar con una lija muy fina si es necesario entre capa y capa. Aunque se sigan los pasos a la perfección, hay que tener en cuenta que es muy difícil que quede uniforme del todo.

Persona que laca una puerta con rodillo

7. Deja secar

Al finalizar el lacado hay que dejar secar todo el producto. Lo mejor es seguir las recomendaciones del fabricante, sin embargo, es mejor revisarlo de forma propia y asegurarnos por nosotros mismos de que está seco. Tras el secado ya se pueden poner la manilla, los herrajes y las bisagras.

Puerta blanca de baño lacada

Como lacar una puerta de madera no es nada fácil, hay que dedicarle mucho tiempo y esfuerzo y aún así no va a quedar como si lo hiciera un profesional. No obstante, no todo es negativo. Si lo hacemos con paciencia podemos obtener muy buenos resultados y nos ahorraremos mucho dinero.

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